La pasta dental "Perla", ¡cuántos recuerdos!, este dentífrico siempre nos sorprendía: a veces muy duro que no quería salir del tubo, a veces líquido que si lo exprimías demasiado se quedaba el resto de la familia sin lavarse los dientes, el sabor muy volátil, cambiante, sorprendente, o como lo "queráis" llamar, en dependencia del control de calidad que trabajó en la elaboración y mezcla de los ingredientes en ciertos y determinados lotes de producción, a veces la pasta Perla sabía a mentol, remedio para cucarachas, a mentolan del que se usa para dar fricciones musculares, a veces era algo salada o muy dulce que podía matar a cualquier diabético y en muchas ocasiones según palabras textuales del Che Guevara literalmente "sabía a mierda"..... pero qué carajo, era nuestra pasta Perla, la autóctona, la caribeña, hasta que un maldito día llegó la invasión del "Pomorín" ruso....
Pero específicamente quiero referirme a otros usos del envase ya que, como han podido apreciar en la imagen, la inventiva del cubano no tiene límites, quizás nunca lleguemos a conocer quién ayudó a engendrar a este primogénito del quinqué, pero lo cierto es que el "mechón de tubo de pasta" llegó para quedarse, puede que no sea tan romántico ni tan folklórico como la vela pero fue nuestro aliado contra los odiados apagones que se le achacaban al "bloqueo del imperialismo yankee".
Tampoco dejemos de mencionar al pomo de cristal de boca ancha, componente imprescindible en la fabricación del mechón, cuentan las malas lenguas que la fábrica de trozos de fruta bomba en almíbar "Conchita" jamás pudo cumplir sus planes de producción después del exitoso debut del mechón, el aumento de apagones era inversamente proporcional al envasado de trozos de fruta bomba en almíbar.
Componentes del mechón de tubo de pasta:
1- Tubo de pasta perla vacío, (era imprescindible que fuera de la marca perla, fabricarlos con un tubo de pasta rusa era una traición a nuestra cubanía)
2- Mecha, (en este caso existían diferentes variantes: algodón, fibras de henequén, mecha usada de un quinqué roto, cordón de tennis, un pedazo de guata de colchón, un trozo de yute, etc, etc, etc.)
3- Un pomo de cristal de boca ancha, aquí si era permitido traicionar nuestra cubanía, si escaseaba el de trozos de fruta bomba en almíbar se podía usar uno de pepinillo encurtido importado de los países socialistas.
4- Combustible, (luz brillante para la versión habanera, petróleo para la versión oriental, era muy efectivo ligar este combustible con aceite para freir y si su bebito no se oponía podía ligarlo con el aceitico que daban por la canastilla).
5- Una caja de fósforos marca "chispa" (por aquello de la cubanía).
Encender un mechón era toda una ceremonia que se realizaba de esta manera:
Justo a las 9 de la noche cuando empezaba la novela, (sólo Eusebio Leal le decía la hora del cañonazo), se iba el fluído eléctrico, en ese preciso instante el jefe del núcleo familiar se paraba en el medio de la sala y conjuraba con las palabras mágicas: "Ay Dios Mio, que deseos de irme en una lancha!!!", y automáticamente los restantes miembros del hogar procedían a la búsqueda y captura de los susodichos mechones para proceder a encenderlos, nótese que la ceremonia de encendido del mechón a veces era demorada por la ausencia de los imprescindibles fósforos marca "chispa" o porque simplemente a los malditos fósforos no les daba la gana de encenderse si la humedad pronosticada por el Departamento de Meterorología era superior al 60%. Una vez encendidos los mechones se les ordenaba a los asmáticos de la casa a mantenerse alejados lo más posible de los venenosos gases que emanaban de tal artefacto.
Un cordial saludo,
Guillermo Suárez
Pero específicamente quiero referirme a otros usos del envase ya que, como han podido apreciar en la imagen, la inventiva del cubano no tiene límites, quizás nunca lleguemos a conocer quién ayudó a engendrar a este primogénito del quinqué, pero lo cierto es que el "mechón de tubo de pasta" llegó para quedarse, puede que no sea tan romántico ni tan folklórico como la vela pero fue nuestro aliado contra los odiados apagones que se le achacaban al "bloqueo del imperialismo yankee".
Tampoco dejemos de mencionar al pomo de cristal de boca ancha, componente imprescindible en la fabricación del mechón, cuentan las malas lenguas que la fábrica de trozos de fruta bomba en almíbar "Conchita" jamás pudo cumplir sus planes de producción después del exitoso debut del mechón, el aumento de apagones era inversamente proporcional al envasado de trozos de fruta bomba en almíbar.
Componentes del mechón de tubo de pasta:
1- Tubo de pasta perla vacío, (era imprescindible que fuera de la marca perla, fabricarlos con un tubo de pasta rusa era una traición a nuestra cubanía)
2- Mecha, (en este caso existían diferentes variantes: algodón, fibras de henequén, mecha usada de un quinqué roto, cordón de tennis, un pedazo de guata de colchón, un trozo de yute, etc, etc, etc.)
3- Un pomo de cristal de boca ancha, aquí si era permitido traicionar nuestra cubanía, si escaseaba el de trozos de fruta bomba en almíbar se podía usar uno de pepinillo encurtido importado de los países socialistas.
4- Combustible, (luz brillante para la versión habanera, petróleo para la versión oriental, era muy efectivo ligar este combustible con aceite para freir y si su bebito no se oponía podía ligarlo con el aceitico que daban por la canastilla).
5- Una caja de fósforos marca "chispa" (por aquello de la cubanía).
Encender un mechón era toda una ceremonia que se realizaba de esta manera:
Justo a las 9 de la noche cuando empezaba la novela, (sólo Eusebio Leal le decía la hora del cañonazo), se iba el fluído eléctrico, en ese preciso instante el jefe del núcleo familiar se paraba en el medio de la sala y conjuraba con las palabras mágicas: "Ay Dios Mio, que deseos de irme en una lancha!!!", y automáticamente los restantes miembros del hogar procedían a la búsqueda y captura de los susodichos mechones para proceder a encenderlos, nótese que la ceremonia de encendido del mechón a veces era demorada por la ausencia de los imprescindibles fósforos marca "chispa" o porque simplemente a los malditos fósforos no les daba la gana de encenderse si la humedad pronosticada por el Departamento de Meterorología era superior al 60%. Una vez encendidos los mechones se les ordenaba a los asmáticos de la casa a mantenerse alejados lo más posible de los venenosos gases que emanaban de tal artefacto.
Un cordial saludo,
Guillermo Suárez